
Cuando iba al colegio nos pidieron que hiciéramos una redacción sobre qué queríamos ser de mayor. Al afrontar este desafío , tan recurrente por el profesorado, fue la primera vez en mi corta vida que me plantee esta cuestión. El caso es que me lo pregunté varias veces y me asusté bastante: no tenía ni idea.
Recuerdo a uno de mis mejores amigos de la infancia , muy fantasioso él por cierto; que soltaba sin pudor delante de todos nosotros que su tío había sido
astronauta y
rey mago. El
Rey Baltasar , que era además el puto amo. El caso es que lo de
rey mago tuvo su explicación lógica con el tiempo. Pero lo de
astronauta todavía no me ha sido aclarado, lo cual todavía me sigue fascinando.
Ni que decir tiene que envidiaba al tío de mi amigo. Cuando llegó el día de preguntarse qué queríamos ser de mayor , por mi mente se entrecruzaron las ganas de ser astronauta o rey mago. Era de lejos lo que más me molaba. Era cojonudo. Pero algo en mi cabeza me susurraba que eso solo pasaba en las películas. Entonces empecé a pensar en el trabajo de mi padre. Y mi conclusión fue:
“Pues esto es lo tendré que ser” Y acto seguido lo plasmé en mi redacción. De mayor quería ser mecánico de coches y tener un taller propio.
Recuerdo perfectamente plasmar mis ideas al respecto de forma muy insegura. ¿Era eso lo que quería ser? Pues no estaba muy convencido. ¡Pero algo tenía que decir!
Mi facilidad para escribir era normalmente resaltada ante los demás. Normalmente mis redacciones eran leídas en voz alta , lo cual me avergonzaba terriblemente. Este texto no fue menos que los demás y también fue mostrado ante toda la clase.
Esta vez mi tutora fue bastante más lejos . Solicitó la presencia de mis padres para poder mostrárselo y comentarlo junto. Yo estaba presente y jamás olvidaré sus palabras. Mientras intentaba justificar que la profesión de mecánico era lo suficientemente digna , preguntó a mi padres:
“¿Nunca habéis pensado que tenéis un hijo que podría ser arquitecto , ingeniero o médico?. Es que me ha sorprendido que no dijera en su redacción que aspiraba a ser algo así...Tenéis que aprovechar sus aptitudes. Es muy bueno en matemáticas y en el dibujo” No es que fuera un chaval inteligentísimo ni nada de eso, simplemente hasta 5º de EGB fui un estudiante bastante tranquilo y centrado. A partir de 6º de EGB todo cambió y me volví un auténtico tormento. Es curioso porque al terminar la EGB la opinión de algunos profesores sobre mis aptitudes y futuro habían cambiado radicalmente...
El caso es que todo esto me condicionó. Supongo que mis amigos más cercanos tendrían algún episodio similar que condicionara la elección de cómo encaminar sus vidas...Y la opinión generalizada era la de
“el que vale, vale. Y el que no pa´letras”Entré en el instituto y fui avanzando en cursos casi sin darme cuenta, hasta que tuve que elegir. Ni os imagináis el pudor que suponía para mi esas decisiones, pues era consciente que actuaba por pura inercia.
Se nos ofreció un futuro prometedor. Se nos sugería que apostáramos por estudiar para
“ser algo en la vida” (nunca he entendido del todo esa expresión) . Se despreciaba todo lo demás, por no hablar del que apostaba por estudiar algo de letras o arte...Y estudié por inercia
Arquitectura Técnica (recordad amigos, se me daban muy bien las matemáticas y el dibujo...)Y lo terminé sin problemas y con bastante escepticismo.
Ahora hecho la vista atrás y me encuentro a la auténtica
sociedad del desencanto. Hasta hace 3 años pensaba que sólo la integraba yo y unos cuantos
colgaos con pájaros en la cabeza. Pero me he dado cuenta que ahora somos multitud. El que no está parado por la crisis (resaca directa de aquel prometedor subidón) trabaja sin saber realmente si eso es lo suyo. La gente se empieza plantear si de verdad les mereció la pena tanto esfuerzo. Y en época de vacas gordas nadie se lo planteaba, ¡no había tiempo para hacerlo!
Aunque escriba esto quiero dejar claro que soy un privilegiado y soy plenamente consciente. He tenido suerte y no me va mal. Pero lo que tengo claro es que no me voy a jubilar desempeñando lo que estudié. El hecho de ser un privilegiado no me va evitar seguir soñando.
“De pequeño me enseñaron a querer ser mayor, de mayor voy a aprender a ser pequeño” Creo que ésta es la frase más sabía del aragonés errante. Y en esas estoy. He decidido que quiero ser
astronauta. Y en Navidades de
Rey Mago. ¡Estoy seguro que antes o después lo conseguiré.!
P.D. Tommy, esta es la conclusión de nuestra conversación de ayer. Eres un cabrón. La próxima vez, ¡hablemos de tías buenas!