OTOÑO, CUENTOS Y LABERINTOS

Muchas veces pienso que seguir haciendo música sincera en los tiempos que corren es lo más parecido a estar loco o enfermo crónico. Dicho así parece muy brusco, muy exagerado; pero nada más lejos de la realidad. La poca dignidad que demuestra tener la música comercial en este país ( y por extensión en el mundo entero) contamina la percepción de la realidad. Mis amigos Maybe Road saben perfectamente de que hablo , saben que esto de tener un grupo y mostrarte tal cual eres tiene consecuencias que ningún encefalogramaplano entendería nunca. A ver si termino de explicarme: la gente como Maybe Road hace música por pura necesidad de expresión, como el que necesita respirar. Si somos objetivos y ponemos en una balanza los pros y los contras de seguir haciendo música en estos tiempos, acabaríamos pensando como las discográficas o como la SGAE: la balanza nos indicaría que nos esforcemos en buscar un buen trabajo fuera de la música y que nos dejemos ya de tonterías.. Y no es así. ¿Por qué? Porque precisamente esa pasión (o enfermedad) es la que diferencia entre el que está aquí por interés y el que no. Y eso es lo que más me gusta de MaybeRoad , que al igual que yo ; seguimos haciendo esto sin buscar nada a cambio y con la convicción de que no está en nuestros planes dejar de hacerlo para dedicarnos en cuerpo y alma a cosas más rentables que nos aseguren ser personas de provecho. Para eso ya están los moscones que la supuesta crisis del disco está empezando a limpiar, por suerte para algunos y por desgracia para otros.


Y dejándonos estas divagaciones y centrándonos en lo que realmente importa decir que Maybe Road acaba de parir sus “Otoños, cuentos y laberintos”. Lo dije en este post , que marcaba el inicio de la estación otoñal de este 2.009. Es una obra muy diferente a su predecesora “Primavera y rescate en jardín del Planeta Sedna”. De entrada, la diferencia conceptual de la estación otoñal frente a la primaveral salta a la vista. Estamos ante un disco bastante más melancólico y a medio tiempo que el anterior. Y también ante un disco hecho artesanalmente por ellos mismos , con un sonido mucho más crudo ; que contrasta con el hiperproducido disco anterior, quizás menos personal.

Si has seguido los trabajos anteriores de Maybe puede que la primera escucha de “Otoño , cuentos y laberintos” te traicione. No es una obra que entre a la primera. Gana con las escuchas, y conforme vas descubriendo detalles te engancha más y más.


“Mi primer cuento” abre el trabajo. Quizás este tema no represente al 100 % lo que he dicho en el párrafo anterior, pues es un estupendo tema indie-pop que nos muestra el lado más “stoneroses” (por decirlo de alguna manera) que tan bien facturan y que más de uno echará de menos, pues ya no se repite en todo el disco. En “Fantasma” es cuando empezamos a escuchar a unos MaybeRoad de nuevo reinventados. Aunque la base del tema siga siendo de nuevo el indiepop (perdonen, pero es que soy bastante malo poniendo las absurdas etiquetas) la letra y sobre todo los coros (que yo los situaría entre siniestros y cachondos, no lo tengo muy claro...) difieren mucho de todo lo que hemos escuchado de ellos hasta ahora. Pero donde si que corres el peligro de perderte definitivamente , si no eres de los que profundiza al escuchar las cosas; es en “Tragasueños/Malos sueños”. Sobre una base electrónica y con una intención épica-infantil (entiéndase en el buen sentido) Ravel Chaquiño nos recita parte del “Tragasueños” de Michael Ende. El tema va variando siguiendo el hilo argumental , con un contrastado cambio de la luminosidad inicial de “Tragasueños” a la oscuridad final de “Malos sueños”. Terminado el cuento que habla sobre una ciudad donde el que mejor duerme es nombrado rey (allí un servidor viviría pero que muy bien...), toca hablar de la figura del “Cuentacuentos” , utilizando de nuevo la dualidad luz/oscuridad ; al comienzo y al final de esta estupenda canción. El final de la misma engancha perfectamente con “Laberinto (recuerdo)” , una de mis canciones favoritas y que avisa que la parte más oscura y retorcida del disco está por llegar. Se acabaron los cuentos , ahora toca hablar de laberintos. Me encanta esta canción . Al igual que el corte que cierra el disco “Laberinto” , aquí MaybeRoad nos regala una de sus mejores facetas. Esa que desarrollaron a la perfección ya en “El muñeco de la bufanda” y que aquí han terminado de bordar. Desarrollos largos que recuerdan (entiéndase bien) a los mejores Portishead : bases rítmicas majestuosas que permiten la experimentación de guitarras efectistas, acordeones, cuerdas y sintetizadores. Ante estos dos fabulosos temas un servidor de nuevo se quita el sombrero pues están muy bien conseguidos. Y sorprende como en el final de “Laberinto” hacen el guiño a “El muñeco de la bufanda”. La conexión con este tema es más que evidente y ellos quieren dejarlo claro.


“Laberinto unidireccional” es la trasgresión del disco. Un tema que empieza sonando a auténtico hardcore rocanrolero y se desarrolla cual apocalíptico tema que cerraría el after más peligroso de todo el país. Hay veces que da miedo...En “la lluvia más bonita del mundo” nos muestran sus lado más post-roquero , que quizás sea lo que más eche de menos , pues es algo que en su anterior disco demostraron hacer muy bien.


Para cerrar esta digresión decir que estamos ante el trabajo más arriesgado de toda la carrera de MaybeRoad. Es un disco que ofrece al espectador tanto como le exige , necesita de segundas y atentas escuchas que aseguran una segura satisfacción. Lo mejor de todo es comprobar lo que he dicho al comienzo de todo este rollo: que siguen ahí a pesar de las adversidades con un material sincero y personal. Eso no es fácil de encontrar teniendo en cuenta la frivolidad de la escena, y lo valoro no sabéis cuanto. Queda por ver como defienden las canciones en directo. Yo estoy deseando comprobarlo.


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