lunes, 27 de julio de 2009

UNA VUELTA POR EL SALVAJE OESTE



Vivir el embrujo del salvaje oeste no tiene precio. Y más si te metes en el papel de “El Manco” pensando que pisas la misma tierra que en los años 60 sirvió de escenario natural para “La muerte tenía un precio”, de Sergio Leone.

Este fin de semana he tenido la gran suerte de perderme por el Cabo de Gata y atravesar en coche gran parte de sus áridos parajes. Todo el mundo sabe que Almería sirvió para filmar momentos de gloria del Spaghetti Western. Pude comprobarlo al caer de casualidad en un pueblo perdido en el parque natural llamado “Los Albaricoques”.



Escena final de "La muerte tenía un precio". Acojonante.


Este es un pueblo que estaba tan dejado por parte de la administración central en los años 60, que sirvió de recreación natural del típico asentamiento mexicano de finales del siglo XIX. No hace falta abstraerse demasiado para sentir la extraña fuerza que todavía desprende este mítico lugar.





Cerca de este característico pueblo, donde comimos la mar de bien (os recomiendo probar los Gurullos) también dimos de casualidad con un cortijo en ruinas , digno de estudio por parte de Iker y cía. Después de jugarnos el tipo dentro y fotografiarlo de arriba abajo, nos enteramos que se trataba de “El Cortijo del Fraile”. En este oscuro lugar se desarrollaron a principios del siglo XX los sangrientos acontecimientos que inspiraron a Federico García Lorca al escribir sus “Bodas de Sangre”. Es una pena, pues el monumento ha sufrido varios desplomes y merecería una urgente rehabilitación.



Siguiendo con la ruta sin planear que habíamos comenzado, ante nuestros ojos aparece una antigua mina de oro abandonada y su correpondiente asentamiento. No se vosotros, pero yo nunca había visto una mina de oro. La ruta no podía ser más cinematográfica. No cabía dentro de mi. El aspecto de dicha mina es de un total y absoluto abandono. Se trata de un conjunto de construcciones industriales de principios del siglo XX. Nos la encontramos cuando comenzaba a atardecer, lo cual añade un complemento extra a tan misterioso conjunto. Sorprende ver esas barras de hierro liso que asomaron hace ya bastante años, ganando espacio y volumen a las losas de hormigón. Apocalíptica estampa.



Además de alimentar mi faceta freak con los escenarios descritos, visitamos varias calas del parque. Me atraía mucho pisar la playa de los muertos. Lei que está considerada la mejor playa de España y que debe su malrollero nombre a las corrientes que arrastraban en la antigüedad hasta sus orillas los cadáveres de los naufragios de la zona. Después de descender un sendero acantilado bastante incómodo, pudimos disfrutar de esta playa, que está situada a pocos kilómetros de Carboneras. Y de verdad que doy fe. Es la playa de los muertos. No me atreví a atravesar la línea de los 2 escasos metros de la orilla. Las olas y la resaca daban miedo e impresionaban, al igual que el azul turquesa de sus aguas.





Sinceramente esta inesperada ruta me encantó. Te das cuenta de lo importante que es proteger el entorno, por muy inóspito que sea. Estoy seguro que el litoral murciano y alicantino no tendría nada que envidiar al Cabo de Gata si se hubiera actuado a tiempo. La masificación urbanística y los atentados medioambientales impiden que se pueda disfrutar en condiciones de todo esto.

"El Cabo de los Sueños, el desierto junto al mar". Que razón tiene. Todo esto cautivó en su día a mi compañero de batalla Txarly Usher. Sus "Canciones Asesinas" están repletas de referencias a estas tierras tan evocadoras. Visita altamente recomendable.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me corroe la envidia, y yo currando como un mamón, este Viernes empiezo mis vacaciones, a ver que me deaparan estos dias de relajación....je je je

Gomez dijo...

ESto fue una escapada de fin de semana. Que conste que no tengo vacaciones en todo agosto...Pero me da igual, es el mes que más grima me da. Lo borraba del calendario.

Unknown dijo...

Pues a mi el Agosto me gusta, y no precisamente por el calor, la playa y las vacaciones, odio las aglomeraciones y el borregismo playil, pero en mi barrio, que es un barrio casi residencial a las afueras de Barcelona, se queda casi vacio y salir a la calle y no ver coches a parcados y la calle solataria me encanta....

Gomez dijo...

En Yecla pasa tres cuartos de lo mismo. En agosto pasa a ser una ciudad desértica.
Yo lo que no aguanto es el calor. Me anula por completo y me pone de muy mal humor.