lunes, 30 de noviembre de 2009

THEM CROOKED VULTURES, LOS PUTOS AMOS. Y PUNTO.



Han tenido que pasar dos semanas desde la publicación del debut de los Them Crooked Vultures para que pueda pronunciarme con objetividad (la justa, eh?) sobre tan esperado álbum. Ya he dicho en alguna ocasión que necesito tiempo para asimilar los discos , sobre todo porque las ansiadas esperas suelen ser muy traicioneras y subjetivas.

Lo que si estaba claro , antes de la publicación ; es que el cóctel formado por Josh Homme , Dave Grohl y John Paul Jones olía ya a clásico, teniendo en cuenta solamente la importancia de cada uno de ellos en el mundo del rock en general (y para mi en particular). Homme es uno de los personajes más importantes dentro del rock alternativo de esta década. Queens Of The Stone Age tiene en su haber dos de los discos más significativos, compactos y sólidos de la historia del rock (Rated R, Songs of The Dead; por no hablar de los demás que no desmerecen tampoco) , dos pepinazos que nunca he dejado de escuchar y con los que consiguieron un reconocido sonido de los más peculiar, retorcido y personal . De Grohl lo que menos me ha interesado es precisamente su aséptica carrera con Foo Fighters . Las brutalidades que hacía con Nirvana merecen que ocupe el puesto de ser uno de los baterías que más admiro. Todavía al escuchar Scentless Apprentice del crudísimo In Utero sigo pensando que era él el 70 % del sonidaco del grupo. Que barbaridad...

Y , ¿qué decir de Paul Jones? Sobra cualquier calificativo. Estamos hablando del 50 % de la base rítmica de los más grandes. ¿Qué más se puede decir? Pues eso.



Introducida mi especial admiración a cada uno por separado, decir que el disco es una delicia. Recuerdo darle al play del primer corte “No One Loves Me & Neither Do I” y flipar. Pero la sensación de los pelos de punta llegó en el minuto 2:44. En este preciso instante recuperé gran parte de la ilusión perdida por el rock que me llega. La explosión de ese tremendo riff me hizo recordar muchos momentos adolescentes y sensaciones que creía aparcadas de por vida.

El disco no deja títere con cabeza. “Mind Eraser, No Chaser” comienza macarra, guayona y gamberra. Pero sin apartar en ningún momento una intensidad que va a dominar todo el disco. “New Fang” le precede, con un riff de batería que te hace recordar aquella vez que Grohl dijo que el día que se enteró que era muy probable que Led Zeppelin se reunieran, hizo unas cuantas llamadas... ¿Quién mejor que él para hacer disfrutar a un Paul Jones pletórico y rejuvenecido?

Hay momentos muy Queens Of The Stone Age, como en “Dead End Friends” , lo cual no me parece para nada ningún defecto. Grohl ya se asoció con Homme grabando las baterías del Songs Of The Dead , y teniendo en cuenta la personalísima forma de hacer música de Homme (aquí saca su vena más clásica ), pues no es de extrañar que los veas constantemente.

“Elephant” marca uno de los mejores momentos del disco. Esta es otra muestra de lo que dije al principio. Quien no se rinda ante este tremendo riff no tiene sangre en las venas….La canción se desarrolla de forma muy impredecible para volver a estallar con el riff del principio, también en el momento más inesperado. Música completamente bipolar que sube y baja constantemente. Un temón, ¡que cojones!

En “Scumbag Blues” comienza a mostrarse mucho más el sello zeppeliano de Paul Jones. Me vienen al recuerdo directamente tremendas piezas como “Trampled under foot” o “The Wanton Song” del Physical Graffiti y me emociono. Y mucho… Demasiado bueno para ser verdad…¿Cómo puede casar tan bien con la batería de Grohl? ¿Se ha reencarnado Bonzo en él?



“Bandoliers” no me hace mucha gracia al principio. Pero conforme aumentan las escuchas se convierte en una de mis favoritas. La melodía de voz de Homme (que al principio del tema parece Mark Lanegan…) es cojonuda. El tema va subiendo sin avisar, muy poco a poco , repitiendo el estribillo para estallar en uno de los mejores momentos musicales que recuerdo, que corresponde a la parte central del tema. La intensidad es apoteósica justo en el momento en el que entra el teclado, marca de Paul Jones y que me recuerda que lo ha parido el creador de los arreglos de “Friends” (canción que he vuelto a escuchar y que me ha vuelto a estremecer…)

Con “Reptiles” tenemos otro tremendo tema que me hace descubrir que quizás de Led Zeppelin lo que menos me gusta es precisamente la parte de su creador, esto es ; la de Page. Tremendo ritmo al que no le hacen falta demostraciones virtuosas de ningún tipo. Me gusta mucho la forma de tocar de Josh. Es efectiva y sencilla. ¿Para qué más? Quizás aquí radique el rechinar de dientes de mucha gente al escucharlos. Olvidad a Plant y a Page. No están por ningún sitio. No los esperéis.

“Interlude With Ludes” te hace reposar y prepararte para la parte final, que no flojea en ningún momento. “Warsaw Or The First Breath You Take After You Give Up” me recuerda a los mejores The Doors. Momentos del mítico Strange Days me vienen inevitablemente a la quijotera… Es el tema más clásico del disco, el más blues de todos. Y quizás también el más oscuro, junto a la desafiante “Caligulove”.

“Gunman” cierra el trabajo, constituyendo uno de los cortes que más suenan a los Queens, con un estribillo de lo más tétrico y un todopoderoso riff.

Ya está. Lo tenía que soltar. Ya estaba bien que un disco me dejara alucinado de principio a fin. Tengo el presentimiento que esto no es ninguna unión contractual. Han venido para darnos muchos momentos de auténtico rock, del de verdad. Se nota un feeling y un disfrute que hacía tiempo que no veía. Si no contemplen como se lo pasan los alumnos aventajados con su maestro (en el video de abajo). ¿Puede haber algo más satisfactorio para Homme y Grohl que divertirse con uno de los creadores de lo que les hace sentirse tan vivos? Yo creo que ya han tocado techo. Cabronazos…

Pues eso. Obra maestra. Y punto. Si lo quereis descargar, debajo del video he puesto un enlace. Ya me cuentan...



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