LOQUILLO DICE QUE LA MÚSICA SE MUERE

Hace unos años existía un tío en cada pueblo que iba con carretas repartiendo hielo casa por casa. Era una profesión muy digna y necesaria. Después apareció la electricidad y se inventaron los frigoríficos. Las familias poco a poco fueron haciéndose con este electrodoméstico y la pobre profesión de repartidor de hielo fue decayendo, hasta que llegó el triste día que desapareció por no ser necesaria. Fue una pena. Pero a nadie se le ocurrió hacer una ley que penalizara el uso de frigoríficos, como es lógico… Entonces el repartidor de hielo pensó en dedicarse a otra cosa, como por ejemplo vender frigoríficos.

Esta historia, que de entrada es tan sencilla y lógica , no parece ser comprendida por un sector autodenominados “artistas” que ayer se manifestaron de forma vergonzosa delante del Ministerio de Industria. Antonio Carmona Chenoa, Txus Di Fellatio, Luis Eduardo Aute, David de María, Rosario Flores, Merche y Loquillo; entre otros



Me hace especial gracia escuchar a Loquillo decir que esto se va al garete. Un tipo , que va de íntegro y auténtico por la vida , fue a manifestarse a las puertas del Ministerio de Industria con pastiches demagógicos más propios de un reputado inversor de bolsa que de un supuesto defensor a ultranza del rockaroll patrio. Quizás sea porque como nunca ha sabido hacer música , cada vez le cuesta más caro encontrar gente que se la haga.

La música está más viva que nunca. Yo mismo la hago y mi motor para ello no es el económico. Mentiría si dijera que no me agradaría poder vivir de ella, pero eso no tiene nada que ver con apoyar una propuesta de ley inaudita en la historia de España , que vulnera principios y libertades constitucionales de una forma escandalosa. Estos pseudointelectuales (Rosario da mucha , pero que mucha pena... ) intentan representar a todos los músicos y creadores de España cuando eso no es así. Representan a esas grandes discográficas que han estado tantos años chupando del bote, de la mano de ese monopolio extorsionador de derechos de autor llamado SGAE. Les jode que por fin los músicos puedan encontrar la puerta para poder hacer las cosas sin sus extorsiones, o si no mirad como tienen el cuidado de no mostrar estos datos.

A mi no me representan. Y creadores como yo hay a montones, somos el grueso que nos avergonzamos con actitudes como esta. Me gustaría que los medios se hicieran eco de declaraciones de gente como los Lobos Negros , verdaderos guerreros de la escena que llevan en esto más de 20 años , luchando y amoldándose a los tiempos; y que no les tiembla el pulso al afirmar que “las crisis de vez en cuando son buenas, limpian la escena musical, revindican lo duradero y de calidad. Ahuyentan a los especuladores, el que realmente no le gusta la musica y está por dinero acaba dejándolo… Es decir, con las crisis acabamos dándonos cuenta de que realmente lo que perdura es por algo”. Podéis leer una interesante entrevista en la que hablan del tema aquí.

Esta espectacular declaración de intenciones choca frontalmente con la de los manifestantes de ayer. Declaran que en un mundo en el que las comunicaciones son más fáciles y accesibles que nunca, con los medios de promoción y producción al alcance de cualquiera , la música se muere en cinco años.

Y uno se queda boquiabierto. Es como si se quejaran los responsables del encarecimiento en casi un 500 % de los productos del campo a la mesa , si se encontrara fórmula para que esto tan esperpéntico ya no ocurriera. Hay que seguir especulando , señores. Hay que proteger este modelo obsoleto sin buscar alternativas. Es decir: hay que dejar que se sigan forrando los directivos de las discográficas (que no han escuchado música en su vida), de la mano de la única entidad de gestión de derechos de autor (que funciona con rango de Ministerio y con un descarado e incuestionable MONOPOLIO) a costa de cosas que no les pertenecen. En fin...

A ver si el tipo que repartía hielo con carretas tenía también razón al advertir a los vecinos que ese invento maligno y demoníaco llamado frigorífico era un enviado del diablo que había que combatir. Pues igual tenía razón el payo…